Juan Paulo Pérez
20 años
Estudiante de lingüística
Ya no me da tanto miedo
Desde hace tiempo tenía la idea de andar en bicicleta, pero me daba flojera decidirme. Cuando empezó a subir el precio del transporte, ya no me alcanzaba tanto el gasto y decidí comprármela. Me compré una Bimex, que son de las más baratas, con amortiguadores, por los baches que hay en la ciudad. Para ir a la ENAH, suelo agarrar avenidas principales: desde mi casa, en la Doctores, paso por Doctor Vertiz, tomo avenida Universidad, Insurgentes y Periférico. Cuando empecé a usar la bici, sentí que había ciertas calles que no estaban hechas para transitar por ellas. Ya después, con el tiempo, fui viendo que había formas de pasarlas. Al principio me parecía muy inseguro doblar por el trébol de Periférico y pasarme por Insurgentes, pero ya me cruzo por ahí, y también por Eje 8. Antes me subía por las escaleras y ahora cruzo por el puente. Ya no me da tanto miedo. Uso las avenidas grandes porque son más rápidas y me pierdo menos. Si en lugar de tomar Insurgentes quisiera pasarme por Ciudad Universitaria, daría más vueltas. Hay días en que el tráfico hace que me tenga que parar… eso llega a ser el colmo. Tengo que esquivar los carros y, a veces, me dan ganas de quitar la cadena de mi bici y empezar a golpearlos, de lo estresado que me ponen. La bicicleta podrá ser relajante, pero en el tránsito a mí me estresa.
jejeje lo de la cadena estuvo bueno 😉